Un paraíso muy cercano: Menorca

«La casa de mis padres está en el sur de la isla, justo da a un bosque enorme y tenemos vistas al valle y a la playa, escuchamos los animales, vemos unos atardeceres magníficos. La playa más cercana es la de Son Bou, que es la más larga de Menorca y son kilómetros y kilómetros de arena finísima blanca y aguas turquesas cristalinas. Sin embargo, a la que nás vamos es la de Atalis, pegada a Son Bou. Es una playa virgen y, a no ser que vayas en hora punta y temporada alta, estás sólo. Además lo que más me gusta de Atalis es el camino desde nuestra casa, es un barranco en el Camí de Cavalls en el que ves todo tipo de animales, caballos, ovejas, cerdos, tortugas, además de tener una vegetación muy salvaje que se mezcla con la piedra de marés y árboles frutales».

«Para mí Menorca es un sitio muy muy especial, llevo yendo desde que era muy pequeña, y para mí siempre ha sido un sitio mágico. Desde que estoy con Kevin, mi marido, le he llevado siempre ahí por vacaciones y él es tan enamorado como yo de la isla ahora. Es tan especial que fue donde nos casamos, no imaginábamos la boda en otro lugar.»

«Los pueblos de Menorca tienen una belleza muy sencilla, fachadas blancas de cal y flores y plantas que adornan los espacios. Mis favoritos son Es Mercadal y Es Migjorn, son dos pueblos de interior con muchísimo encanto y rinconcitos preciosos. Casualmente, en estos dos pueblos es donde están mis dos restaurantes favoritos, Ca Na Pilar (Es Migjorn) y Can Olga y Sa Vinoteca (Mercadal)».

«El Camí de Cavalls es uns sendero que recorre la isla, tanto en su perímetro como por radios. Cuando coges este sendero, puedes acceder a playas solitarias y descubrir unos paisajes increíbles a los que no puedes acceder más que a pie, caballo o bicicleta«.

«En el sur, además de Atalis, nuestra favorita es Cales Coves, está llena de antiguas cuevas donde se encontraron restos prehistóricos (fue una necrópolis) y, aunque no tiene arena realmente si no que estás en las rocas, merece muchísimo la pena para disfrutar de las vistas, bucear y nadar tranquilamente«.

«Este año hice una excursión que no conocía, la de las Salinas de Mongofre. Son unas antiguas salinas del s XIX que ya están en desuso. Es un parque natural en el que has de ser silencioso y llevar ropa de colores no muy vivos para no molestar a las especies, sobre todo de aves, (garzas, flamencos) que allí viven».

«El hotel Can Faustino es ideal para cuando quieres hacer mil planes y luego poder relajarte. Está situado en el centro de Ciudadela y es un verdadero remanso de paz. Es un antiguo palacio del s XVI completamente reformado aunque manteniendo su estructura. Está impecablemente decorado por el Estudio Putman y Mare e Terra. Su piscina y espacios públicos ofrecen una tranquilidad absoluta frente a toda la actividad de Ciudadela».

«Ciudadela es la segunda ciudad más desarrollada de la isla. Como Mahón, también está compuesta de pueblo y puerto aunque aquí las diferencias son menores y el puerto parece estar más integrado en el pueblo. Es una maravilla de lugar y la arquitectura no se parece en nada a la de Mahón, mientras que allí dominaba el blanco, aquí hay mezcla de piedra, casas pintadas de colores y algunas otras encaladas«.

«Las callecitas también son angostas y es genial perderse y encontrar pequeñas tiendas, mis favoritas Papillon (calle Santa Clara, 31 bis) y Naiv (calle Nostra senyora dels Dolors, 1)».

«Alaior es el pueblo más cercano a nuestra casa. Es menos conocido que otros pero tiene mucho encanto también. Allí, durante los meses de verano, mis tíos organizan el cinema a la fresca todos los martes. Cada año eligen un tema y buscan películas en torno a ello».

«Algo súper curioso de Menorca es que las playas del norte nada tienen que ver con las del sur. En el norte, las playas son de arena roja y a veces dorada, los colores son impresionantes porque tienes el rojo de la arena, el turquesa del mar y el verde de las plantas que crecen por los caminos. Cavallería es una de nuestras playas favoritas al norte y, si continúas caminando por el Camí de Cavalls dirección Binimel-là, puedes descubrir un montón de calitas vírgenes».

Menorca se presta a las siestas largas debajo de una sombra (y si es en una hamaca como esta) mucho mejor.

«Ca Na Pilar, sin ninguna duda. Su chef Victor Lidón es un maestro de las mezclas y texturas. El festín comienza con un helado de sobrasada y espuma de queso. En verano, no hay que dejar de probar la vichyssoise de pruerro y la ensalada de buey de mar. Todos lo platos principales son verdaderamente exquisitos, los pescados del día van acompañados de una excelente bullabesa pero si hay un must, es el cochinillo de menorca con tatin de pera. Como está hecho a baja temperatura durante muchas horas adquiere un punto que parece confitado. Para acabar, cualquier postre es una maravilla pero mi recomendación es el cremoso de coco con helado de curry». Av. de la Mar, 1, 07749 Es Migjorn Gran

«Mi segundo restaurante favorito es Can Olga. Por lo visto, su carta no ha variado desde su apertura ya que sus clientes muy fieles y demandan sus platos más característicos. Me gusta mucho su terraza-jardín y el ambiente relajado».

«Los mejores cócteles con una maravillosa puesta de sol. Está en Platges de Fornells y puedes ver el Cabo y el faro de Cavallería. El Isabella Beach Club (Carrer Tramuntana, s/n) es una visita obligada».

Hay que probar el cóctel Isabella, con sandía, fresas y ron, riquísimo.

«La Cerería (Carrer d’Isabel II, Mahón) es la tienda de Sara, que tiene una colección preciosa de objetos de de decoración, ropa de marcas españolas y por supuesto las velas de cera que dan su nombre a la tienda».

«Si lo que quieres es tranquilidad en una finca impresionante y con vistas al mar, Torralbenc (Ctra. Maó – Cala’n Porter, Km.10. Alaior), en el sur de la isla, es el hotel perfecto. Las habitaciones son súper agradables con la terraza donde echarte a leer y descansar (¡y con una ducha exterior, el placer máximo!). Tienes que probar su restaurante, donde sirven platos locales con un punto modernizado y por supuesto, uno de los puntos fuertes de la gastronomía de la isla, gambas rojas de Menorca, ¡espectaculares!. Este año además hicieron su primer vino que hay que probar al atardecer en sus jardines».

«Tras pasar por Moo en Barcelona, con una estrella Michelín, Felip Liufriu abrió Mon Restaurant en Passeig de Sant Nicolau, 4 de la Ciudadela en Menorca, que es un laboratorio culinario del recetario menorquín. Todo es local, desde el pan y la mantequilla y tienen una bodega increíble con la que maridar sus platos».

«Naiv, en Ciudadela, es el proyecto de Carola Alexandre (Ivori Barcelona) + Naguisa. Aquí ambas marcas tienen sus colecciones mezcladas con otras marcas españolas«.

«Carlos y Patricia son los propietarios de la bodega más importante de la isla: Binifadet. Abrieron al público en 2014 y cada año van aumentando el atractivo de esta preciosa localización. Además de cada año tener más tipos de vino (mi favorito este año, Tanca 12, un chardonnay con barrica) ampliaron la bodega con sus terrazas donde maridar sus vinos con platos menorquines y con un wine bar con cócteles de vino».