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Asistimos al cóctel de fin de temporada de Menorca Experimental

19 octubre, 2020

El pasado martes 13 de octubre tuvimos el placer de asistir a la clausura de temporada de Menorca Experimental, que cierra sus puertas hasta la próxima primavera. El último proyecto de Experimental Group —el prestigioso grupo francés de turismo y ocio que cuenta con diversos hoteles y restaurantes en París, Nueva York, Londres, Venecia y Verbier— es un agroturismo que refleja el equilibrio perfecto entre tradición y exclusividad, entre la autenticidad de lo rural y el diseño más exquisito. La revista Vogue lo definió muy acertadamente como «el paraíso español donde la vida es tan bonita que parece de verdad». Y es que al adentrarnos en el día a día de la finca transitamos por un oasis arraigado en Menorca y como tal fiel al carácter de la isla, algo que define perfectamente su eslogan Try the Menorca way of life.

Durante el evento disfrutamos de la compañía de muchas otras empresas y agencias de Menorca, que contribuyen con su buen hacer al crecimiento de la isla. La visita guiada por las instalaciones nos permitió admirar la extensa finca del siglo XIX, cuyo edificio principal servía antaño como cuartel militar. Y es que las más de 30 hectáreas corresponden a los terrenos de la antigua batería de Llucalari, muy cerca de Alayor y a apenas a unos pasos de un imponente acantilado que se abre hacia el mar Mediterráneo. También el resto de dependencias, como la capilla y las caballerizas, se han reformado para acoger 9 villas privadas con piscina que se suman a 34 habitaciones, un restaurante y, desde este mismo año, un magnífico spa.

El concepto que se pretende evocar es el de la casa de vacaciones de un artista, un lugar de retiro en simbiosis con la naturaleza. Como ellos mismos afirman en su web: «La preservación de la tranquilidad de Menorca ha sido durante mucho tiempo una prioridad para los locales y su naturaleza es tan virgen que la UNESCO ha distinguido a la isla como una  Reserva de la Biosfera. Menorca Experimental ofrece una experiencia rural que crea un vínculo con los conocimientos de los agricultores locales y sus visitantes».

El proyecto de renovación corrió a cargo de la interiorista Dorothée Meilichzon, quien ha empleado para ello materiales tradicionales como suelos de madera, piedra seca y baldosas de terracota vidriadas; elementos decorativos de inesperada originalidad; y una paleta de tonos blancos y tostados con pequeñas notas de color. El resultado no podría entusiasmarnos más.

Tras el recorrido por la finca, pudimos disfrutar de un cóctel que homenajeaba en cierto modo a los orígenes de Experimental Group, ya que el primer local inaugurado por sus cuatro intrépidos fundadores fue Experimental Cocktail Club en el año 2007 en París. En este caso el cóctel que elaboraron delante de nosotros estaba compuesto por ingredientes auténticamente menorquines: ginebra Xoriguer, limones de la isla y hierbas aromáticas como el romero. Su sabor, intenso y refrescante, nos trasladaba a un atardecer de verano en una cala del sur de la isla.

Y es que la gastronomía se alza como uno de los pilares fundamentales de Menorca Experimental. En el restaurante liderado por el chef vasco Alex Larrea nos fue posible degustar elaboraciones de sabor potente a base de productos locales y de temporada, muchos de ellos procedentes de su propia huerta. El local no sólo acoge a huéspedes del hotel, sino que están encantados de recibir las visitas de cualquier otro comensal que desee probar sus platos. La atmósfera es cálida y acogedora: las mesas alargadas confieren cierta familiaridad, y las raciones están pensadas para ser compartidas, con ese guiño a la informalidad y la cercanía que defienden a capa y espada.

En ese sentido, y gracias a nuestra maravillosa estancia en una de las villas (en la foto de arriba), no podemos dejar de alabar la constante atención al detalle y el trato cercano al huésped por parte del personal y especialmente por Lucile Bieliaeff y por el propio director, quienes estuvieron pendientes de nosotros en todo momento. Esa disposición se manifestaba no solo en la cuidadosa limpieza de la habitación, sino en otros gestos como procurarnos un paraguas sin siquiera tener que pedirlo para protegernos de la lluvia o el pequeño regalo con el que nos obsequiaron a nuestra salida.

También consideramos digno de mención el carácter ecológico y sostenible de la finca, que cuenta con un circuito cerrado de agua y un sistema de purificación. Esto permite por una parte recoger el agua de lluvia y acumularla en el pozo, y por otra filtrar el agua de baños y duchas y, mediante un triple proceso, destinarla al riego de los cultivos.

En lo que respecta a las actividades que pueden realizarse en el agroturismo, el pasado mes de septiembre inauguraron un nuevo spa donde se ofrecen masajes, tratamientos a medida y sesiones de sauna y hammam. Para este proyecto han contado con la marca francesa Biologique Recherche, especializada en cosméticos y tratamientos de origen natural. Se trata de una oportunidad única para relajarse y dejarse cuidar por los profesionales del hotel, creando una atmósfera de paz donde desconectar en cuerpo y alma. También los más inquietos disponen de una gran variedad de propuestas para conectar con la esencia más profunda de la isla: paseos a caballo por el Camí de Cavalls, excursiones en barco por las bellísimas calas menorquinas, e incluso la posibilidad de conocer a los productores locales que, con sus cultivos y elaboraciones, conservan tradiciones centenarias.

En definitiva, Menorca Experimental es una de las mejores opciones para «experimentar» la esencia de Menorca.

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